domingo, 24 de marzo de 2013

☆ El primer día de clases ☆

El día viernes tuvimos nuestra primera clase de creatividad y empezamos con una pequeña actividad con el fin de conocer a las personas que serán nuestros compañeros de trabajo por los próximos 4 meses. Dicha actividad consistía en indicar lo que más nos gusta y lo que más nos disgusta sin importar de lo que se tratase. Por esta razón, muchas de las cosas que se dijeron eran extrañas, pero divertidas. 

Una vez que todos nos presentamos, formamos grupos de acuerdo a lo que habíamos dicho que nos gustaba y nos disgustaba. En mi caso, formamos un grupo de tres: los dormilones. Como  nos llamó uno de los integrantes del equipo y la razón por la que nos autodenominó de esta manera fue porque a los tres nos disgustaba levantarnos temprano.

Luego, la profesora nos mostró un video donde un grupo llamado IDEO rediseñaba un carrito de supermercado en tan solo 5 días. Unas de las cosas que observé fue que había gente de muchas especialidades y con diferentes conocimientos que aportar. La otra es que no solo pedían ideas, sino que querían “ideas salvajes”. Todo esto me hizo pensar que era un lugar excelente para generar buenísimos proyectos, un lugar de ensueño para los creativos. 

Posteriormente, la profesora nos dio la primera tarea del ciclo: observar una deficiencia en el carrito de supermercado y rediseñarlo en función a dicha deficiencia. Al inicio, una de las integrantes del grupo planteó que nos enfocáramos en rediseñar el asiento de los niños. Sin embargo, luego de conversar un rato decidimos que mejor le dábamos al cliente una base de datos donde pueda encontrar de manera sencilla los productos que busca, así como sus precios y las promociones existentes. Fue así que decidimos poner una pantalla táctil en el carrito. Ahora ya teníamos la idea, solo restaba dibujarla y exponerla.

Faltaban pocos minutos para que la clase terminara, así que empezamos con las exposiciones. Cuando empezaron los primeros grupos, nos dimos con la sorpresa de que habíamos tenido ideas prácticamente iguales, lo que me llevó a pensar que, en realidad, nuestra idea era muy simple. Intenté no desanimarme, aunque era complicado. En fin, ya estaba hecho y nada se podía hacer, salvo pensar en que quizás la próxima vez lo haríamos mejor.

Para finalizar, me gustaría decir que creo que al final del día esta tarea fue enriquecedora, porque escuché a cada uno de los grupos, cada una de las preguntas y definitivamente creo haber aprendido algo de cada uno de ellos. Además, estoy convencida que si todos juntáramos nuestras ideas, seríamos capaces de crear un carrito mucho mejor que cualquiera de los carritos que presentamos cada uno como grupo.

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